domingo, 23 de agosto de 2009

EL TERREMOTO DE 1906





Asoló la zona central hacia las 20hrs. del 16 de agosto, desde Aconcagua a Concepción. Murieron 4000 personas la mayoría en Valparaíso y sus alrededores. Diez días antes había previsto la catástrofe, indicando su fecha exacta, el capitán de navío Arturo Middleton, cabeza de la oficina meteorológica de la armada. Adicto a la escuela sísmica de Cooper, que relacinaba temblores de tierra con el movimiento de los astros, Middleton dedujo el terremoto de Valparaíso estudiando la conjunción de Neptuno y la luna. En santiago, el destrozo y víctimas fatales (70 para toda la provincia) no fueron un record, pero la violencia del movimiento y el hecho de que comprendiera cuatro sacudones en once minutos, provocaron el pánico y escenas inolvidables. Al sur de Santiago, la ciudad más dañada fue Talca, con ruina de la intendencia, el teatro municipal, iglesias e innumerables viviendas pobres y ricas.


Pero sin duda la peor suerte sería la de Valparaíso. Al terremoto mismo siguió un incendio pavoroso. El fuego consumió 50 manzanas, en 3 focos principales: la calle Bellavista, aledaña al mar; los alrededores de la plaza Victoria, hacia el este; y un sector próximo al estero las Delicias. El incendio se veía desde Peñablanca (30 km), el cielo color sangre desde los Andes (144 km). Cayeron edificios célebres del puerto... la intendencia, el teatro Victoria con una ópera programada para comenzar una hora después, palacios, iglesias, la manzana íntegra de los padres Franceses, con sus colegios, templo, convento y curso de leyes, fábricas como la de cerveza o la fundición Morrison, las amplia bodegas de las importadoras... todo en el suelo y buena parte ardiendo.

miércoles, 12 de agosto de 2009

LA LLEGADA DE PEDRO DE VALDIVIA A LA ARAUCANÌA



De muy joven estuvo con los ejércitos españoles en Italia, tomando parte en la batalla de Pavía y en la conquista de Milán. Marchó hacia las Indias, a Venezuela, y luego pasó al Perú, en donde aparece en 1535 como uno de los más fieles y valiosos colaboradores de Francisco Pizarro, que le nombró en 1537 maestre de campo. En la batalla de las Salinas, entre las tropas de Pizarro y las de Almagro, Pedro de Valdivia era portador del real estandarte, como alférez de caballería. Fracasada la misión a Chile de Almagro, y derrotado y muerto éste, quedaba en pie la conquista de aquel territorio que Pizarro encomendó a Valdivia. Otro español, Pedro Sancho de Hoz esgrimiría una real cédula por la que tenía permiso para conquistar el país situado al sur del Perú por lo que Pizarro no tuvo más remedio que obligarles a que se asociaran en esta empresa. A comienzos de 1540 inició Valdivia su marcha hacia Chile, llevando con él a 150 soldados, 3.000 indios de servicio, animales, semillas y herramientas para colonizar el territorio. Con Valdivia iba su amante Inés Suárez. Pasó el desierto de Atacama y, a comienzos del año siguiente, fundó la ciudad de Santiago, en la Nueva Extremadura, fortificándola y haciéndola centro de sus exploraciones y conquistas (12 de febrero de 1541). Una vez creada la nueva ciudad y establecido su Ayuntamiento, Valdivia se hizo nombrar gobernador en nombre del Emperador y dejó de figurar como teniente de Pizarro.Los constantes ataques que sufrían los españoles por parte de los indios araucanos, que llegaron a destruir la incipiente capital chilena, obligaron a Valdivia a pedir refuerzos a Pizarro, enviándoselos éste por barco, pilotado por Bautista Pastene, quien exploró aquellas costas y descubrió las islas de Chiloé. Con estos refuerzos, Valdivia continuó su expansión por Chile, fundando hacia el sur la ciudad de La Serena (1544), en recuerdo de su comarca natal. Como necesitaba más recursos para incidir en la conquista chilena, Valdivia regresó al Perú para conseguir los recursos imprescindibles, dejando como gobernador sustituto suyo a su segundo Francisco de Villagra, que ahorcó a Sancho de Hoz por conspirar contra él, liquidando de esta forma abrupta la sociedad que se había montado entre los dos, Sancho de Hoz y Valdivia.